La Organización Mundial de La Salud (OMS) ha mencionado que el COVID-19, así como previos virus, tiene origen animal (OECD, s.f.). Estudios ya publicados en revistas como Nature han vinculado el virus con los pangolines, por ejemplo, que es uno de los animales más traficados en el mundo (OECD, s.f.). No obstante, la forma precisa en la que saltó de animales a humanos seguirá siendo un misterio (Malavika, 2020).
Si bien en el corto plazo el tráfico de biodiversidad tendrá algunas restricciones logísticas, los riesgos persistirán y las cadenas de comercio se modernizarán (Broad, 2020). Incluso, hay que tener en cuenta que previos brotes de enfermedades relacionadas con el comercio de carne silvestre han llevado a un aumento de la demanda de biodiversidad considerada medicinal (Amplio, 2020).
No obstante, el anterior no es el único escenario que se espera en el tráfico ilegal de biodiversidad a raíz del COVID-19. The United for Wildlife Taskforce identifica varios escenarios, dentro de los que resaltan: i) el incremento en la caza furtiva, aunque no especialmente en las Américas, debido a que la reducción de medidas de conservación, como el eco-turismo, han puesto presiones sobre las comunidades, que pueden llegar a ser más susceptibles a participar en acciones de tráfico de especies; ii) las presiones macroeconómicas sobre el tráfico ilegal de especies serán de corto plazo; iii) nuevas tendencias de prohibición de comercio de fauna y flora crearán nuevas oportunidades de comercio ilegal, como las impuestas en China, Vietnam y Gabón (Broad, 2020; Witting, 2020).
Lo anterior no es un problema menor. Según la Organización para las Naciones Unidas (ONU), el tráfico de fauna es el tercer negocio ilegal más rentable en el mundo, superado por el narcotráfico y la trata de personas (EFE, 2019). Adicionalmente, además de propiciar actividades ilegales, el tráfico ilegal de especies lleva a alteraciones negativas en los hábitats, como la dispersión de semillas o control de plagas, afectando inevitablemente a los humanos (Semana Sostenible, s.f.).
A nivel internacional, hay varias resoluciones y organizaciones que trabajan para frenar el tráfico ilegal de especies. Algunas de estas son la resolución de la ONU para Luchar contra el tráfico ilícito de flora y fauna silvestre, así como la International Consortium on Combating Wildlife Crime (ICCWC). No obstante, la organización que juega un papel más preponderante es la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), la cual es un acuerdo internacional de carácter vinculante, ratificado por más de 180 países, incluyendo Colombia.
A pesar de su importancia, la CITES tiene varias limitaciones y críticas. En primer lugar, sólo aplica para la exportación, reexportación, importación e introducción de especies. No obstante, no regula el uso o consumo de flora y fauna. Si bien ha adoptado algunos lineamientos al respecto, el texto formal de la convención no los adopta, por lo cual no son vinculantes (Sellar, 2020). En segundo lugar, el convenio penaliza el comercio que viole sus disposiciones, pero no criminaliza el comportamiento, por lo cual en algunos países el tráfico ilegal de especies no sobrepasa una penalidad administrativa; lo anterior, debido a que CITES no fue creado para combatir el crimen organizado (Sellar, 2020). En tercer lugar, si bien CITES ha tenido grandes victorias, como la prohibición del comercio de marfil de elefante en 1990, la verdad es que, sin la debida colaboración de los países, sus decisiones son en vano (Malavika, 2020). Finalmente, con respecto al papel y la importancia de CITES alrededor del COVID-19, la posición de la Secretaría General ha sido tibia y altamente cuestionada (Malavika, 2020).
¿Qué propuestas hay para adaptarse a los nuevos tiempos?
Debido a que históricamente ha sido una problemática de poco interés para los países (Sellar, 2020), las soluciones dependen principalmente del trabajo de ONGs. Es por ello que las medidas de regulación y control son limitadas y desarticuladas entre países y al interior de estos (Broad, 2020). No obstante, lo que está sucediendo en la actualidad tal vez sea la oportunidad adecuada para adoptar mejores acciones, por lo que varias organizaciones y autoridades en el tema han puesto varias propuestas sobre la mesa. En lo que resta del escrito resumo brevemente algunas de ellas.
En primer lugar, con respecto a CITES, se ha expuesto que, en vez de acabarlo y crear una nueva plataforma de colaboración alrededor de la problemática, lo que se necesita es modernizar y capacitar mejor el convenio. Por ejemplo, la convención no regula el comercio de animales que se sabe pueden representar un riesgo para la salud humana. Adicionalmente, no tiene cómo enfrentarse a los crímenes asociados a vida silvestre, pues no tiene jurisdicción en lo que sucede al interior de las fronteras de los países. John Scalon, previo secretario general de CITES, promueve subir el perfil de este tipo de delitos agregando un protocolo a la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional (UNTOC), con el ánimo de mejorar la coordinación y el trabajo conjunto entre agencias nacionales (Malavika, 2020).
En segundo lugar, se llama la atención a regular los mercados en donde se comercializa fauna y flora silvestre, con un discurso atado a la salud pública. Si bien algunos promueven la prohibición de estos lugares, esto puede ser contraproducente e innecesario, pues comunidades de bajos ingresos dependen económicamente de este comercio. Un punto medio podría ser la prohibición de animales vivos en los mercados. No obstante, experiencias previas muestran algunos riesgos de este tipo de medidas, pues los mercados ilegales se pueden fortalecer, haciendo su control mucho más complejo (Sellar, 2020; Walch, 2020).
Por su parte, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OECD) expone que los países deben trabajar en tres frentes principales, dentro de los cuales resaltan: i) mejorar la efectividad de penas y sanciones; ii) eliminar actividades relacionadas con el tráfico ilegal que ocurren en zonas de libre comercio. Adicionalmente, resalta que el tráfico ilegal de biodiversidad no representa un riesgo menor, por lo cual los países deben comprometerse a trabajar conjuntamente y asignar los recursos necesarios para monitorear y controlar la situación (OECD, s.f.).
No obstante, las medidas previas, por si solas, serían incompletas. Es por ello por lo que se propone una aproximación desde tres frentes: i) humanitaria; ii) de desarrollo local y; iii) de construcción de paz. Lo anterior debido a que, si el comportamiento es criminalizado, pero las sanciones no vienen de la mano de políticas de desarrollo local, la medida será completamente inefectiva (Walch, 2020). Adicionalmente, se debe hacer un esfuerzo por entender y trabajar de la mano con los contextos locales, pues en muchos países, incluyendo Colombia, la carne de fauna silvestre es parte esencial de las dietas de las comunidades, siendo muchas veces la fuente primaria de proteína a la que tienen acceso (Sellar, 2020).
Referencias
Broad, S. (2020, Mayo 07). COVID-19 & Human Risks Linked to Wildlife Trade Practices. Inter Press Service. Disponible en: http://www.ipsnews.net/2020/05/covid-19-human-health-risks-linked-wildlife-trade-practices/
EFE. (2019, agosto 19). Los problemas que enfrenta Colombia por el tráfico ilegal de animales. El Tiempo. Disponible en: https://www.eltiempo.com/vida/medio-ambiente/problemas-para-colombia-por-el-trafico-ilegal-de-animales-402474
Malavika, V. (2020, mayo 15). As COVID-19 pandemic deepens, global wildlife treaty faces an identity crisis. MONGABAY. Disponible en: https://news.mongabay.com/2020/05/as-covid-19-pandemic-deepens-global-wildlife-treaty-faces-an-identity-crisis/
OECD. (s.f.). Coronavirus (COVID-19) and wildlife trafficking. Disponible en: http://www.oecd.org/gov/illicit-trade/coronavirus-covid19-and-wildlife-trafficking-brief.pdf
Sellar, J. (2020, Mayo 27). Wildlife trafficking: Time for a radical rethink. Global Initiative Against Transnational Organized Crime. Disponible en: https://globalinitiative.net/wildlife-trafficking-covid/
Semana Sostenible. (s.f.). Animales + traficados. Disponible en: https://especiales.semana.com/trafico-de-animales/
Walch, C. (2020, Mayo 14). COVID-19, Armed Conflict, and the Wildlife Trade. Global Observatory. Disponible en: https://theglobalobservatory.org/2020/05/covid-19-armed-conflict-wildlife-trade/
Wittig, T. (2020, abril 01). How will COVID-19 impact gloval wildlife trafficking? United for for Wildlife. Disponible en: https://www.baselgovernance.org/sites/default/files/2020-04/Special%20Analysis%20COVID19%20and%20IWT.pdf
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